La nueva definición de discapacidad intelectual incluye novedades. La principal es que pone el foco en los apoyos, más que en las dificultades de la persona. Además, cambia el límite temporal de los 18 a los 22 años.

La definición de discapacidad intelectual se ha renovado. Ahora se entiende como una limitación del funcionamiento intelectual. También como una limitación de la conducta adaptativa en temas como los conceptos, las relaciones sociales y determinadas prácticas.

La discapacidad intelectual forma parte de las llamadas discapacidades del desarrollo. Son las que aparecen mientras la personas está creciendo. El desarrollo de la persona no acaba a los 18 años sino a los 22. Por eso, la nueva definición de discapacidad intelectual recoge que estas dificultades se pueden presentar hasta los 22 años.

La nueva definición de discapacidad intelectual se centra en los apoyos que necesita la persona, y no en sus dificultades. Es una noción que también afecta a la familia y al resto de apoyos.

Cómo son los apoyos

Los apoyos que debe recibir una persona con discapacidad intelectual tienen estas características:

• Están centrados en la persona.
• Cuentan con la opinión de la persona.
• Cubren todas sus necesidades.
• Implican un trabajo en común.
• Le ayudan a tomar decisiones.
• Están orientados a lograr unos resultados.
• Se basan en algo probado (en la evidencia).

Así, se trata de apoyos que no solo son especializados, como los terapéuticos, sino que también son genéricos. Entre los apoyos genéricos están el acceso a la tecnología y a la información, por ejemplo, con textos en Lectura Fácil.

Para todo ello se tiene en cuenta el contexto de la persona: dónde vive, en qué condiciones de salud está o cómo son sus apoyos.

Las dimensiones de la nueva definición

El director de Plena Inclusión, Enrique Galván, y Miguel Ángel Verdugo, de Inico, han mantenido un encuentro donde han analizado las dimensiones de la nueva definición de discapacidad intelectual.

Aquí se puede ver el encuentro completo: